Volvió, como lo hace en forma recurrente, esa sensación tan argentina de que las decisiones cruciales, como la de adelantar cuatro meses los comicios legislativos, se toman por urgencias políticas antes que por el interés del conjunto.El argumento de que la crisis económica forzó los tiempos habría tenido mayor peso específico si el Gobierno no la hubiera negado hasta hace muy poco para destacar, en cambio, las fortalezas del modelo instaurado en 2003.
Quizás, la reunión de esta semana con un centenar de embajadores terminó de convencer a la presidenta Cristina Kirchner de que el "mundo se está cayendo a pedazos" y que el país ya no estará a salvo.En todo caso, la propia dinámica del devenir económico podría haber enflaquecido aún más las chances del Gobierno para octubre y raleado las tropas partidarias, de gobernadores e intendentes.Por caso, los jefes comunales del Gran Buenos Aires, el gran bastión del oficialismo, ven cada vez con mayor preocupación la merma de fondos que reciben para hacer campaña y se van evaporando las fidelidades hacia el Frente para la Victoria en varios Concejos Deliberantes.Aparte, se sabe, varios de ellos siguen con atención los movimientos del PJ disidente, con Felipe Solá y Francisco De Narváez encolumnados detrás de Mauricio Macri y Eduardo Duhalde.El cambio de fecha puede evitar, entonces, la dispersión peronista y forzar a la gran mayoría de fe hacia el Gobierno nacional. El cálculo es que no tendrán tiempo para otra cosa.Para colmo, esa incipiente alianza tripartita no se termina de consolidar por desconfianzas mutuas y temores de traiciones.Macri no pudo salir a castigar la decisión porque 48 horas antes tomó el mismo camino, mientras que De Narváez se entusiasma en hacer campaña en conjunto con Gabriela Michetti, la carta fuerte del jefe de Gobierno porteño.El nuevo escenario político planteado por Néstor Kirchner, en Olivos, a los jefes de bloques parlamentarios Agustín Rossi y Miguel Angel Pichetto, dibuja un horizonte de cambio de agenda y una campaña electoral acortada con el menor desangre posible para el Gobierno.Sin ir más lejos, para la semana que viene está prevista la sesión especial en el Parlamento convocada por la oposición para meter el proyecto de eliminación de las retenciones, que de prosperar sólo con el acompañamiento de legisladores del oficialismo, haría tambalear el edificio económico actual y hasta la propia continuidad de la era kirchnerista.También se hará la marcha en la Capital contra la inseguridad, que nació por la protesta de famosos, pero que, hora tras hora, se va convirtiendo en una gran convocatoria de la oposición.Y, también, la dramática decisión tomada a solas por el matrimonio presidencial evitará supuestas derrotas parciales en provincias, como lo fue la de Catamarca el fin de semana pasado. Un comicio menor, de legisladores locales, que sólo el ex presidente pudo convertir en una derrota notoria para el Gobierno.Sí, el adelantamiento está fundamentada más que nada en las cuestiones políticas, ya que, por lo que se sabe, ningún país modificó su cronograma electoral como consecuencia de la actual crisis de escala planetaria.
*FUENTE: La Mañana - Formosa - 14/03/2009