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jueves, 9 de abril de 2009

Los Kirchner tensan la cuerda *

La inclusión del gobernador Daniel Scioli y de los intendentes del Gran Buenos Aires en las listas de candidatos para las elecciones legislativas, proyectada por el matrimonio Kirchner, da la pauta de que en la Quinta de Olivos piensan en jugarse todo el 28 de junio, aun a costa de tensar la cuerda del malhumor social.
Esto es así porque la movida no tiene antecedentes no sólo en la provincia de Buenos Aires sino también a nivel nacional: que un gobernador y decenas de intendentes se presenten como candidatos a cargos legislativos en medio de sus mandatos podría tener rédito electoral, pero a la vez ahondaría el descrédito de la política.

Está claro, sin embargo, que en el primer nivel de la política doméstica nadie puede tirar la primera piedra: por caso, Felipe Solá es diputado y se postula para diputado; Gabriela Michetti también quiere ser diputada, pese a que aún no llegó a cumplir la mitad del mandato como vicejefa de Gobierno porteño.
La gran pregunta, en este marco, es si la sociedad sancionará este tipo de alquimias electorales a la hora de la votación o si las convalidará, soslayando las desprolojidades institucionales y priorizando otras motivaciones políticas, económicas y de orden social.
Néstor Kirchner imaginó esta voltereta política cuando le hicieron llegar las últimas encuestas de intención de voto en territorio bonaerense. Es evidente que los números que vio el ex presidente no lo terminaron de convencer, justo cuando crecían las presiones para que anunciara su candidatura.
Es que la performance electoral del líder patagónico no sería muy buena en el primer cordón del conurbano

-sobresalen posibles derrotas en partidos clave como San Martín- y en grandes ciudades de la Provincia, como La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca.
De todos modos, no se verifica que la pérdida del caudal electoral del kirchnerismo beneficie sólo al peronismo disidente encarnado por Francisco De Narváez y Solá: también se vendría consolidando el llamado "voto radical" a caballo del fenómeno político que desató la muerte de Raúl Alfonsín.
Sería vital para este espacio político que, además de Elisa Carrió, Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín, se involucrara en la campaña electoral el vicepresidente Julio Cobos, cuyo predicamento en la clase media es cada vez más ostensible.
Allí radicaría, no obstante, otro contrasentido de la política argentina actual: un vicepresidente haciendo campaña contra su propia ex compañera de fórmula, junto a quien se había comprometido a gobernar hasta diciembre de 2011.
Pero los tiempos políticos se aceleraron notablemente y no sólo por efecto del adelantamiento electoral: más bien podría decirse que esa determinación fue una consecuencia de otros hechos que impactaron al poder central, como el conflicto agrario y el cimbronazo de la crisis financiera internacional.
Los efectos de esa crisis comienzan a percibirse, además, de manera notoria: serían más de los que trascienden los despidos y las suspensiones en las plantas industriales. Los popes de la UIA aún no lo denuncian públicamente, pero preparan un recambio de cúpula que expresaría el nuevo tiempo político.
Juan Lascurain, cercano a las PyMES y al kirchnerismo, dejará próximamente la conducción en manos de Héctor Méndez, de pensamiento más liberal y menos proclive a seguir la línea de la económica de la Casa Rosada.
Se vienen tiempos de cambios, está claro. Los políticos serán determinados por las urnas y antes aún por las encuestas. Los económicos parecerían menos predecibles. A tal punto que el Gobierno podría volver al redil del FMI en busca de financiamiento más barato que el proporcionado por Hugo Chávez.
*FUENTE: La Mañana - Editorial - Formosa - 09/04/2009